lunes, 8 de noviembre de 2010

Preguntas (retóricas) sobre LiterNETura



      La relación entre la literatura electrónica y la literatura tradicional (tanto la de exigencia creativa como la comercial) es actualmente muy compleja.  A pesar del número creciente de obras y autores digitales y de la extensión y novedad de Internet , la literatura electrónica tiene dificultad para atraer la atención de los lectores, de los editores  y de los críticos. El público general, aunque sea usuario activo de la red, parece no interesarse por esta nueva forma narrativa que utiliza el hipertexto, los recursos multimedia y la interactividad, aún siendo éstos elementos que maneja familiarmente en sus experiencias cotidianas en la red. Los editores ahora están obsesionados con los ebooks que, aunque contengan la literatura de siempre, representan una amenaza para su mercancía a corto plazo a la que tienen que adaptarse urgentemente. Los críticos en general tampoco responden. ¿Por qué ocurre esto?
    ¿No será que muchas de las obras electrónicas han utilizado el hipertexto para ofrecer lecturas no lineales, laberínticas, ergódicas que, aunque pueden satisfacer la curiosidad de una minoría de escritores de orientación posmoderna o de críticos literarios deconstructivos, aturden y desorientan  al lector medio culto y no digamos al de puro entretenimiento?
     ¿Es la literatura electrónica realmente literatura o se trata de un nuevo género?
   ¿Hasta qué punto los géneros nacidos digitales heredan a la imprenta  o son  modalidades  híbridas (transmedia, crossmedia, multimedia, mash-ups, pastiches) de los géneros triunfantes en el siglo XX (fotografía, fonógrafo, radio, cine, televisión)?
  ¿Cómo las teorías y conceptos de la vanguardia posmoderna han determinado la poética de los nuevos medios?
   ¿Puede hablarse de literatura cuando la mayoría de las obras nacidas digitales han hecho de las palabras (LITER) un elemento residual, siendo sustituidas por la NET y sus imágenes, sonidos,  videos, animaciones, arte digital, diseño gráfico,etc.? En suma, ¿es ya la LiterNETura, LITERatura?
    



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3 comentarios:

  1. Efectivamente. Son las preguntas que a uno le asaltan con renovada insistencia cuanto más se adentra en este mundo. Es desesperante navegar entre tantas propuestas literarias y electrónicas como ha recopilado ya este portal, observar el esfuerzo y la voluntad de tantos autores por dar con el artefacto que consiga "sumar", gracias a su formato, ese valor añadido al texto literario tradicional... y descubrir un buen día, como me ha pasado a mí, en las amarillentas páginas de un libro de Onetti, en un recóndito párrafo de "Dejemos hablar al viento", todos los hiper-enlaces que puedas imaginar (al resto de la Historia de la literatura y al mundo interior de cada hombre), toda la literatura, si es que esa palabra significa algo, que una sola persona es capaz de digerir. Me desespera a mí, tal vez porque me he resistido a aceptar esta realidad mucho tiempo, no sé si es una situación desesperante en general. Pero lo cierto es que cada vez entiendo mejor la postura de Félix Remírez y de su blog Biblumliteraria. Me sumo definitivamente a su escuela:

    "(...)podemos preguntarnos si las tecnologías informáticas están ayudando a que la expresión de las personas sea mejor, a lograr mayor precisión, más sensibilidad, más detalle, mejores metáforas, mayor creatividad, más variedad expresiva, mundos creativos más interesantes. La realidad, triste pero cierta, es que no"

    Con una mezcla de dulzura y resignación descubro que mi cuerpo mortal no puede soportar más "literatura" de la que cabe en un segmento del pensamiento de un hombre ordenado por el lenguaje, cuando ese hombre es Onetti.

    Y aún así, creo que el estudio de las obras electrónicas me ha abierto una nueva mirada a la literatura tradicional. Me ha descubierto (por oposición) elementos de la literatura tradicional que ya había automatizado, como todo lo relacionado con los formatos. Me hace re-descubrir la importancia del entorno en la captación de un sentimiento transcrito, me hace comprender mejor dónde reside ese encantamiento casi mágico que te toca las tripas cuando el lenguaje se ordena de una manera y no de cualquier otra. En definitiva, el estudio de las obras literarias electrónicas evidencia lo que tienen de superfluas al hecho literario y, con ello, delimitan mejor el hecho literario. Y con todo ello, me descubren también lo que la tecnología de la imprenta, con su sistema de edición, distribución y venta, ha aportado de superfluo a ese hecho literario.

    Por eso creo que este portal debe continuar haciéndose preguntas.

    Un saludo.

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